Economía circular
Uno de los principales desafíos para la economía mundial es hacer que el crecimiento sea compatible con la sostenibilidad ambiental. El modo predominante de producción está llevando al agotamiento de los recursos naturales del planeta, la contaminación de los ecosistemas y el calentamiento global. Simplemente reducir el consumo no cambia el problema, sólo reduce la velocidad del desastre. Es necesaria una acción radical en la forma en que se producen los bienes y los servicios. Eso es lo que propone la Economía Circular. Este enfoque también está representado por la expresión “cradle to cradle “* (de “cuna a cuna”). La pionera de esta idea fue la marinera inglesa Ellen MacArthur, en 2004. En 2010 se creó una fundación con su nombre y el tema comenzó a ser tomado en serio por empresas y académicos.
Esencialmente, la producción industrial se basa en un modelo de extracción de recursos, producción de bienes y eliminación de residuos o, en el mejor de los casos, su reciclaje parcial. La propuesta de la Economía Circular es que el proceso de diseño del producto tenga como objetivos:
1) el uso de materias primas a partir de fuentes renovables;
2) la reutilización del producto o de sus piezas;
3) la posibilidad de reciclaje total de los materiales utilizados en su fabricación.
Los productos elaborados con celulosa, incluyendo papel y cartón, ya están muy avanzados en el enfoque de la economía circular. Su fuente de materia prima es renovable: los árboles cultivados o los bosques nativos funcionan de una manera que crecen en lugar de reducirense. El papel y el cartón ya se reciclan en gran medida (67% en Brasil) Em México, se recicla cerca del 57%, según la Cámara de Papel. Pinturas y barnices con componentes renovables ya están disponibles y pueden pasar por el proceso de reciclaje o ser biodegradados.
Otros países latinoamericanos también están haciendo grandes progresos en esta dirección, utilizando árboles cultivados como materias primas, fibras recicladas y fibras alternativas. En Colombia y Argentina, la reutilización de la bagasa de caña de azúcar tiene una participación significativa en la producción. En México, según el Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América, se produce un aproximado de 22 millones de toneladas de papel al año, cierto porcentaje proviene de papel reciclado (80%) y el otro (20%) es obtenido de árboles nacionales y extranjeros.
A medida que los clientes y los consumidores terminan entendiendo el significado de la economía circular, se espera que prefieran los productos diseñados de acuerdo con este concepto. La campaña Two Sides apoya y alienta iniciativas que ayuden a cerrar este círculo virtuoso.