
Enviar: Equipe Two Sides Brasil julio 7, 2020
La pandemia de Covid 19 nos recordó, de la manera más dramática, la importancia de los hábitos de higiene para la salud individual y colectiva. Una actitud simple, como lavarse las manos regularmente, se ha convertido en una de las principales estrategias para salvar vidas. Todos hemos aprendido la forma correcta de hacerlo, para garantizar la eliminación casi total de los microbios.
Pero lavarse bien las manos todavía no es suficiente. El método de secarlas después del lavado también es muy importante. Los estudios científicos demuestran que el uso de las toallas desechables de papel, es la mejor opción en términos de higiene y que los secadores de aire caliente no son tan efectivos para eliminar los microbios que pueden haber quedado en las manos después del lavado. Otro estudio muestra que los secadores de aire caliente dispersan microorganismos en el medio ambiente.
Muchos otros productos de higiene provienen de la celulosa o utilizan parcialmente esta materia prima, por ejemplo: papel higiénico, pañuelos de papel, absorbentes íntimos y pañales desechables. Incluso en el área de la salud, la celulosa está presente. Es una materia prima para la fabricación de máscaras quirúrgicas, ropa y colchones. Algunos de estos artículos ni siquiera están clasificados como papel, pero todos tienen en común, el origen renovable. Y no nos debemos olvidar de embalajes y prospectos que vienen con los medicamentos.
No es posible vivir sin la mayoría de estos productos. La buena noticia es que la celulosa utilizada para todos estos fines proviene de fuentes renovables: bosques cultivados o manejados de tal manera que garantizan su crecimiento continuo. Desafortunadamente, estos materiales sanitarios normalmente no se pueden reciclar. Si son potencialmente peligrosos, como es el caso de los productos hospitalarios, deben ser eliminados de manera segura. Si no, terminan yendo a vertederos / basurales, y como son biodegradables, en pocos meses se convertirán en sustancias no tóxicas y asimilables por el medio ambiente. En los vertederos, esta degradación es controlada, de manera que produzca el menor impacto ambiental posible.
Los pañales desechables son un tema aparte. Además de la celulosa, están compuestos de varios otros materiales, principalmente plásticos, que no se descomponen tan fácilmente. Es un problema para el que aún se busca una solución económicamente viable. Ya hay algunas plantas de reciclaje de pañales en Europa. Después del procesamiento que incluye el lavado, se convierten en materia prima para la producción de otros objetos, como tejas, por ejemplo. En Brasil, la empresa de reciclaje Boomera ha desarrollado una tecnología de reciclaje de pañales que está en funcionamiento desde 2017. Concomitantemente, algunos fabricantes han estado invirtiendo recursos para crear pañales totalmente biodegradables, utilizando bioplásticos, que pueden descomponerse en unos pocos años, en lugar de siglos