¡Y la Navidad está aquí!
Después de uno de los años más difíciles de nuestras vidas.
Un año en el que la solidaridad y el compromiso con los otros fue puesto a prueba. De las muchas lecciones que nos enseña el cristianismo, quizás amar al prójimo es la más importante. Actuar por el bien de todos es la esencia de la vida en sociedad y va más allá de los límites de las creencias religiosas e ideológicas.
El árbol de Navidad es el mayor símbolo de la fiesta cristiana. Su origen es incierto, pero hay indicios de que hace unos 5.000 años, las civilizaciones antiguas ya consideraban a los árboles como símbolo de lo divino. Productos de la tierra, donde sus raíces se adhieren firmemente, los árboles avanzan hacia el cielo y hacia la luz. En su crecimiento y convivencia harmónica, generan frutos, abrigo, aire puro y materias primas, en beneficio de otros seres vivos.
Cuando la pandemia termine, las preocupaciones de todas las personas de buena voluntad se centrarán en el cambio climático y en el calentamiento global. Salvar al mundo de una catástrofe dependerá de los esfuerzos de todos los habitantes del planeta y del compromiso de cuidar de nuestra casa. Plantar y conservar árboles se convierte en un gesto importantísimo cuando pensamos en cuánto dependen nuestras vidas de la cubierta forestal. Este puede ser un buen tema para nuestras meditaciones navideñas.
La principal materia prima para los medios impresos proviene de árboles que se cultivan constantemente. De esta manera, al producir y utilizar papel, cartón y artículos de cartón, contribuimos para el secuestro de carbono de la atmósfera y, por lo tanto, combatiendo el cambio climático. Los beneficios de estos árboles permanecen en los productos que fabricamos con ellos. Después de ser utilizados, los papeles impresos se reciclan bastante y los que no, vuelven a la naturaleza, realimentándola.
Que nuestros árboles hagan la Navidad más feliz. Que sus beneficios se multipliquen en todos los productos que nutren nuestro espíritu y preservan las cosas que necesitamos para vivir.
¡Feliz navidad!